Los más viejos recuerdan que allá en los años 40, en los tiempos más duros de la posguerra, se sacaba una pareja de muñecos, un hombre y una mujer, a la puerta de las casas o al zaguán, en torno a una mesa con una pequeña invitación.
Las primeras fotos que se conservan son del año 53. Siempre en el Miércoles de Ceniza, que de ahí le viene el nombre a la tradición, y siempre acompañados de unos letreros con unas rimas que aludían a acontecimientos sucedidos durante el año, como si de este modo se hiciese penitencia de la actualidad a través de la broma, para que las bozainas le pillen a uno confesado cuando hagan vibrar los tuétanos del alma los sábados de Cuaresma.
La de "Los Miércoles de Chinchilla" es una tradición que se había perdido por completo y que en solo unos años ha vuelto con un impulso que no conoció ni en sus mejores tiempos.
Es el impulso de la nostalgia, la fuerza con que la memoria nos devuelve las vivencias agradables y nos ayuda a olvidar otros aspectos que las acompañaron y que resultaban menos placenteros. No en vano quienes han rescatado Los Miércoles son los mismos niños y adolescentes que vivieron y disfrutaron de las últimas ediciones en la anterior etapa, niños y adolescentes convertidos ahora en adultos emprendedores.
Muy curioso y atrayente.Me gusta mucho el texto. Las fotos muy nítidas y con buen dúo: color-luz. Es mi humilde e inexperta opinión. Felicidades.
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